Niños a salvo en Internet
Una investigación de TP-Link revela que casi tres cuartas partes de los padres (70%) están más preocupados por la seguridad de sus hijos en el mundo online que en el físico. El estudio pone de relieve el gap que existe entre la edad a la que los niños hacen determinadas cosas en la red y la edad que los padres creen que deberían tener para hacerlas.
Así, por ejemplo, hoy en día es habitual que los niños a los 11 años cuenten con TV en su cuarto, tengan móvil propio a los 12 y manejen su cuenta de Facebook a los 14.
Aun así, el estudio también demostró que los padres ejercen poco control sobre cuándo y cómo acceden sus hijos a Internet frente a una mayoría que cree que ese acceso debe ser supervisado hasta los 14 años, edad en la que los padres creen que es el momento adecuado para tener una cuenta de Facebook. Solo un año después consideran lógico que puedan subir un video personal a YouTube.
Pero, ¿dónde está el límite de edad? La pregunta es complicada y la respuesta, muy variopinta dependiendo del núcleo familiar con el que hablemos. No obstante, la realidad es que el contexto social en el que viven nuestros hijos poco tiene que ver con el que vivimos nosotros, máxime teniendo en cuenta el ritmo frenético de la tecnología y su uso en todas y cada una de las parcelas de la vida, desde el ocio, el estudio, etc.
No obstante, los motivos que llevan a los padres a ceder y ser más permisivos en el uso de la tecnología son poco convincentes, pues más que alegar a una madurez mental que le permita al menor, conocer y distinguir los riesgos y los peligros de la red, se escudan en que otros niños de su edad lo hacen. Y así, un 27% de los encuestados reconoció haber satisfecho las demandas de su hijo demasiado pronto.
Evitar lamentarnos en el corto/medio plazo es el objetivo con el que desde TP-Link hemos redactado esta serie de consejos para ayudar a los padres a tomar decisiones mejor informadas sobre la presencia de los menores en el mundo digital.
5 Consejos para mantener a salvo a los menores en Internet
- Utiliza la función de control parental del router
Una forma sencilla de asegurarnos de que nuestros hijos están a salvo en el mundo online es establecer controles parentales a través del router, con el objetivo de saber a ciencia cierta que no acceden a contenido que no es apropiado para su edad. Solo hay que seguir las instrucciones de la guía del usuario y revisar los controles a medida que nuestro hijo crece pero teniendo cuidado con los niveles que establecemos y de las herramientas que ponemos a su disposición, pues siempre han de reforzar los valores que transmitimos a nuestros hijos.
- Utiliza la app TP-Link Tether o una similar
Muchos routers ya se pueden gestionar a través de una app en nuestro smartphone para controlar el tiempo que el niño está conectado, de forma que el momento de irse a la cama sea de verdad la hora de dormir. La idea es adoptar una aplicación que puede establecer permisos en los routers y en los extensores de red para cada dispositivo dentro del hogar.
- Ofrecer una red de invitados para los visitantes
También conocida como una SSID, una red de invitado es sencillamente establecer en el router páginas de configuración, de forma que cuando alguien de fuera va a nuestra casa pueda acceder a contenidos que, bajo ningún concepto, podrá acceder nuestro hijo cuando éste encienda la tablet.
- Confirma que tus hijos no ofrecen información personal a terceros
Los niños tienen acceso a contraseñas e información de login para entrar en Internet. Debemos ayudarles a entender por qué es importante tener este tipo de información a salvo y explicarles las consecuencias de que esta información caiga en las manos equivocadas.
- Hablar a tu hijo adolescente sobre cómo debe comportarse online
Incluso si el niño tiene más de 13 años, debemos estar seguros de que entienden que las imágenes que comparten con sus amigos en la red inocentemente se quedan para siempre en el mundo online. Que sean conscientes de que pueden ser engañados para proporcionar imágenes de su cámara web por personas que pueden utilizarlas para extorsionarles o acosarles.
En la práctica, los menores serán menos vulnerables si se les preguntamos regularmente qué hacen, si les explicamos que determinados comportamientos o comentarios pueden ofender o causar un daño irreparable e incluso, ser objeto de delito.
Y tú, ¿cuál crees que la edad límite para un acceso sin control?